martes, 1 de febrero de 2011

Reflexiones sobre la Ley Sinde... mocracia

Lo primero que quiero es dejar constancia de que no soy una acérrima contraria a la Ley Sinde, bien planteada puede beneficiar tanto a la industria como a los consumidores, que al fin y al cabo somos quienes pagamos las facturas de sus yates con cada película que vemos en el cine o con cada DVD o CD que nos compramos. 
Así que ante el debate, yo me pregunto: ¿por qué no dejan de marear la perdiz y llegan a un acuerdo que beneficie a todo el mundo? Y claro, ante tal pregunta la única respuesta coherente que me viene a la cabeza es tan simple como cierta: Sino se ponen de acuerdo es porque quieren IMPONER un modelo de negocio que debido al cambio que se ha generado en los patrones de consumo de los usuarios ha quedado relegado a la categoría de ARCAICO y OBSOLETO. Hay que apostar por el streaming y la divulgación de la cultura de forma legal, accesible y barata. No pueden obligarnos a "no compartir enlaces", es un derecho que tenemos como usuarios de este amado medio que es Internet, tenemos derecho a divulgar y compartir lo que creamos oportuno. Aunque claro, también hay otra cuestión que está más que clara y es: que pretenden vender la imagen de Internet como el malvado medio que está acabando con la industria cultural. Difiero totalmente de este planteamiento y basta con ver el fenómeno Avatar y la cantidad de millones de euros que recaudó en taquilla.
Desde que el cine existe, todas las formas alternativas de divulgación de la industria cultural han sido fuertemente criticadas por los lobbies que gestionan y controlan la difusión de estos productos. Cuando llegó la TV el cine montó en cólera porque pensaban que ese pequeño gran invento acabaría por dinamitar esa  gigantesca industria que genera miles y miles de millones de dólares al año. Cuando surgió el VHS o el DVD, pasó exactamente lo mismo. Y ahora le ha tocado a Internet, el único medio de comunicación que todavía se les escapa del alcance de su control. Y es por ello que nuestra ministra de cultura, Ángeles González-Sinde está sirviendo en tapa fria la imagen de Internet como el malo de la película y a los usuarios de este medio como víles tiranos delincuentes de metadatos. NO, no se le pueden poner diques al mar, señora ministra La cultura debe circular de forma libre. Eso sí, siempre y cuando tenga un precio justo, que hasta el más pirata esté dispuesto a pagar. ¿Qué ocurre? Que no les sale de los cojones talonarios querer acortar el margen de beneficio.
Dejen de vendernos su basura demagógica y aprendan que el ciudadano es libre de elegir los productos que quiere consumir, y sobre todo, cómo consumirlos (ya sea un litro de leche o un cd de los chunguitos). Y no puedo terminar esta entrada sin mencionar esa otra clase de productos culturales insalúbres, como por ejemplo las películas que ha creado y dirigido nuestra "queridísima" Ministra de Cultura, que bien tendrian que devolvernos el dinero o hasta pagarnos por verlas, porque es tanto un robo a nuestros bolsillos como un atentado a nuestra capacidad intelectual.
¿Ley de economía sostenible? La unica economía que veo en la Ley Sinde será la que contribuya a engrosar las arcas de la SGAE y de las distribuidoras (las que menos hacen y más se llevan). La única sostenibilidad que veo en la Ley Sinde es la ausencia de ésta.



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