martes, 5 de octubre de 2010

Recodestrucción

Voces diminutas se sienten en la lejanía...
El fragor de la batalla retumba en la ciudad y los borbaderos no cesan de sobrevolar el cielo, antes azul, ahora ensangrentado.
Almas inocentes se apiñan bajo un mismo techo, bajo tierra, rezándole a un Dios que probablemente hace tiempo que les abandonó. No le culpan. Solamente quieren ser libres. Volver a sentir el aire fresco en sus mejillas, la arena del desierto bajo sus desgastados pies... algunos mutilados por culpa de minas que algún estúpido enterró cerca de sus casas...
De repente se hace el silencio en la ciudad. El ocaso ha llegado mientras ellos inocentemente siguen esperando un milagro.

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